En un plazo relativamente breve, la sociedad norteamericana ha producido un experimento social sin precedentes, en cuanto a cambios en la estructura de la familia. Sociólogos, psicólogos, criminólogos y economistas han intentado estudiar este fenómeno y su impacto a nivel individual, familiar y social, y de alguna manera evaluar cuantitativamente el costo de la ausencia del padre. Probablemente el trabajo de investigación más extenso, y metodológicamente riguroso es el que realizaron los sociólogos Sara McLanahan (Princeton University), y Gary Sandefur (University of Wisconsin), y cuyos resultados fueron publicados en el libro Growing Up with a Single Parent en 1994.
Opinión personal
El artículo tratado ha sido de mi elección, porque los porcentajes que aparecen sobre los niños que nacen o crecen en familias monoparentales son increíblemente alarmantes. Es muy triste que, en la sociedad actual, haya tantos divorcios. Todavía me cuesta creer que para la gente, el matrimonio o tener hijos sean temas para tomarse a la ligera. Para mí es algo muy importante y que, se debe pensar seriamente antes de tomar una decisión. Soy de las personas que sigue pensando que, un matrimonio es para toda la vida. Sé que puede salir mal o que te equivoques de persona, pero antes no había tantos divorcios, francamente, creo que el divorcio “está de moda”.
Me pongo a pensar en haber crecido sin la figura paterna o materna y la verdad, me da mucha pena que haya porcentajes tan altos en la mayoría de los países y lo peor de todo es que, cada vez, va a más. Además, de las carencias afectivas que puede tener cualquier niño que crece sin una de las figuras de los padres, la educación de los hijos recae sobre ambas figuras y se necesitan los dos puntos de vista.
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